30.11.03

Libertad de expresión

Ayer venía x la calle riéndome solo. Había estado leyendo un post que me causó gracia, y consecuentemente, dejé un comentario acorde al post, y terminé riéndome de mi propio comment (jó!) Pero ese no es el punto. El caso es que, absolutamente todas las personas con las que me crucé en el camino, o me miraban con cara de orto, o ponían expresión de desconcierto. Yo no podía contenerme, me acordaba y me reía cada vez más y exponía mis carcajadas a todos los que se me cruzaban en el camino, hasta que llegó un punto en el que tuve que caminar mirando al suelo, como si en lugar de estar contento, estuviese deprimido. Cada vez que alzaba la mirada al frente, había alguien que me miraba con cara de orto o con cara de desconcierto; ya lo dije. Me crucé con 2 colegialas que se dieron vuelta 2 o 3 veces para observar mi “extraño” fenómeno; con un viejo que venía del supermercado que puso su mejor cara de orto; una señora con ruleros que limpiaba la vereda de su casa que se apoyó en la escoba para verme pasar, y otro tanto de gente más. Todos, sin excepción creo, vieron pasar “al bicho raro ese que se reía solo”.
Entonces llegué a mi casa a pensar y a escribir este post. Y a sacar conclusiones obvias. De porqué odio tanto a esta provincia de mierda. De porqué uno tiene que ocultar sus sensaciones positivas y negativas cuando va x la calle. De porqué pareciera que es obligación andar con la cara y las actitudes de gente muerta y apagada que tienen los pobladores de acá. Los mendocinos tienen (tenemos) fama de secos, apáticos y aburridos. Bueno...es cierto. Y me da bronca ser parte de una sociedad tan cerrada, cuando teniendo una provincia tan turística y concurrida especialmente x gente del exterior (no olvidemos que acá está el Aconcagua –que recibe un promedio de 3000 alpinistas x año- , el valle de Las Leñas, El Nihuil, más de 70 bodegas prestigiosas, y otros lares bien concurridos), debería ser todo lo contrario.
Carajo, loco. Sólo me estaba riendo. No me estaba rascando las pelotas en público, ni tenía una M 16 colgando del cuello. Qué sociedad podrida y amargada. Donde reírse o llorar, tener rastas o teñirse de azul, o usar una remera del Che, o leer un libro en el colectivo, o caminar descalzo x el pastito del parque, o tener la punta de la nariz manchada con helado de frambuesa, o escuchar a Pink Floyd en la radio del auto, o pasear al perro y al gato a la vez, o comprar agua mineral barata, o tener enyesado un pie, o sacarse una foto a sí mismo, son cosas fuera de lugar; de contexto; desubicadas; incivilizadas; mal educadas. Fuck off!
Bueno, ahora los dejo. Tengo que ir a vestirme de gay, tomar mi bicicleta fucsia e ir a hacer caca a la parada del colectivo...

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