6.8.03

Correte, me estás pisando...

Holas. Soy yo. Al que se ría de mi nombre le patearé las asentaderas y juro que lo haré, guey.
Porque soy normal, pero diferente. (No es publicidad de gaseosas, ni tampoco soy trolo...)
Vivo en Mendoza, yo. Y me parece una provincia salame. Es bonita y pulcra, pero salame. Algo así como un salame de buena calidad. La gente es un poco extraña. No están habituados a ver gente que resalte del resto de los mortales, como yo. No soy todopoderoso, ni genio, ni traba, ni Maradona. Solamente tengo unas rastas en la cabeza que hacen cambiar notablemente la expresión de las personas cuando me ven. He visto respetables señoras mayores ("viejas de mierda" en realidad, pero dicho de linda manera) aferrarse a su bolso / cartera como garrapatas y mirarme de reojo. También he escuchado comentarios de colegialas del Padre Claret decir "Ay, qué asco!" Y qué decir del personal de seguridad de bancos, supermercados y boliches: "¿Tené documento' nene?" Yo y mis rastas. Mis rastas y yo. Me han dado innumerables satisfacciones, por nombrar unas pocas:
*Reduzco hasta en un 80% el gasto de Shampoo.
*No pierdo tiempo en peinarme puesto que siempre permanecen implacablemente fijas.
*Me quedan copadas.
*Son simpáticas. Hoy una me dijo: "¿No me rascás un poquito, que tengo picazón, guachito divino?"
*Me dan personalidad: "Ah, si, el de las rastas. Qué pibe copado, viste?"
*Llamo la atención de la gente que me interesa. Check this: ayer en un locutorio una morocha preciosa que atendía me dice:" Ay, qué lindas!...¿Cómo te las hiciste? Qué lindo..."
*No necesito gorrito para resguardar mi capocha del frío. Las rastas me abrigan como la puta madre!
*Para el verano, tengo pensado un sistema de refrigeración: mantenerlas húmedas y disfrutar del fresquito en mi cabeza!
*Vivan las rastas!
*Tomen, conchetas del Claret, polis y viejitas miedosas! Sus prejuicios mendocinos y exclamaciones idiotas no podrán con mis amigas y yo! Porque tengo identidad, compadre. No soy el típico "Ay, ¿Qué me irán a decir?"
Mendoza es así. Odio Mendoza. Hay buena gente, como en todos lados; pero ¿acaso hay que vestirse y peinarse como todos esos boludos que van a Cabo Arista para sentirse integrado, para que no te miren como a un bicho raro? ¿Hay que tener un 206 con polarizados y calcos de Levi's atrás para sentirse acorde con la sociedad mendocina? ¿Hay que dejar de lado lo que te gusta, lo que te hace sentir identificado, lo que te llena por un gran manojo de salamines que te miran distinto?
No es lo mismo el otoño en Mendoza...hay que andar con el alma hecha un nudo...
Ahá. Me pica. Ahh. Qué lindo que es rascarse cuando a uno le pica, ah?

No hay comentarios.: