Hola (por que uno cuando llega a algún lado dice "hola", no?). Me levanto y busco mi cuaderno/agenda con fotito del osito de Lil. Porter. Lo busco porque ahì, en la p`rimera pàgina, estpan todoas las cosas acerca de las que quiero escribir hoy. Es que hoy es de noche, sàbado y tarde. Laburo que le dicen. Tiempo libre productivo. Que se yo.
No se cómo organizarme. Ya no se ni como desenvolverme en mi propio blog. Hace tanto que no escribo. Voy a hacer lo que hice siempres. eScribir largo y compulsivamente hasta que mi cerebro se atasca. Pero este caos se va a organizar de alguna manera. En fin...soy un caotico bastante organizado. A raíz de esto viene mi reflexión de micro (porque yo también pienso cuando viajo en micro): "Yo soy un país con ríos caudalosos, frutas y verduras, materia prima, climas varios, en fin, digamos que soy Argentina. Y como Argentina estoy gobernado para la mierda. Me maneja un imbecil."
Sí, presuntuoso. Mis posibilidades y mis debilidades en una sola frase.
Ejem, ejem...che...que calor que hace acá. Se escucha en el fondo o subo el volumen? Bueno, continuando...

Empezando por las cosas más banales, en estos días me enfrenté con una imposibilidad física/mental que poseo: no logro controlar mis bolsillos. En el verano uno la va llevando. Anda con una malla, o pantalón corto y a veces tiene tres, como mucho cuatro bolsillos. Pero llega el invierno y se agrega el "factor campera". Cuatro bolsillos del jean de todos los días, sumados, en los momentos de enfrentar al mundo exterior, con tres bolsillos más, sin contar los dos bolsillos de mi bolso. El problema reside, principalmente, en que no puedo tener mis bolsillos desordenados. No puedo tener, por ejemplo, los puchos en un bolsillo, el encendedor en el otro, las llaves en el otro, la tarjeta del micro en otro con las monedas del vuelto y la billetera en el mismo bolsillo que el encendedor. Simplemente no-pue-do. Llega, cada tanto, un momento en el que debo reestructurar el caos que se genera en esos compartimentos de tela: las monedas a la billetera, la tarjeta -a menos que ya me encuentre en la parada del micro- va en la billetera o en su defecto se queda en la mano incluso aunque la misma vay en el bolsillo, el encendedor va en el mismo bolsillo que los puchos, y la llave tiene ciertas libertades de vez en cuando, por el hecho de que no se encuentra directamente asociada con los elementos antes mencionados. La cosa se complica, por ejemplo, si llevo papeles sueltos (que si no sirven deben ser eliminados rapidamente), caramelos, tapitas de gaseosa, u otro elemento o si entra en juego el factor "bolsillo roto" generalmente presente en los jeans y a donde, generalmente va a parar la llave. La misma termina yendo a parar a mi rodilla o a algún lugar en donde pueda crear la mayor cosquilla posible. Les solicito, si conocen algún profesional que pueda tratarme, me lo hagan saber.


Continuando, hay algunas cosas que, en estos días, me han empezado a dar vueltas por la cabeza. Una de estas cosas es el tiempo. Viendo a la gente caminar por la calle, y creo que también influenciado por algunas escenas de "El hombre que nunca estuvo" me puse a pensar en el tiempo. Sería interesante poder detener el tiempo. Se que lo que digo no es ninguna novedad. Muchos han soñado con esta posibilidad y los efectos (y seguramente las desgracias finales de vivir atado a esto) que tendría en la vida cotidiana. Se me ocurre que sería interesabte poder detener el reloj pero no la vida. Simplemente pensar que los intervalos que se generarían se siguieran llenando de actividades pero que nunca desembocarán en la actividad final que denotaría que el tiempo, efectivamente, ha transcurrido. Por ejemplo, un hombre que va hacía algún lado y ,por ser detenido en el tiempo, viviera ese trayecto como una especie de eternidad pero sin darse cuenta. No se...es solo una idea. Me gustaría poder desarrollar más esta idea (y, obviamente, si alguien quiere hacerlo no se prive de ello).

Otros dos temas que me han estado interesando mucho son los árboles y las nubes. Son cosas muy elementeles, muy de todos los días, pero que sin embargo estoy redescubriendo. De los árboles hay algo en el fotoblog (www.lycos.membres.fr/chemicalreaction/arbol.htm). Me encuentro redescubriendo el lugar que ocuopan en la fisonomía urbana. Son, en generaL, por lo menos acá en Mendoza, los más cercanos a los cables y los postes de luz. Es increible como los cables, traladando energía, pasan muchas veces casi a través de ellos. Como si de alguna manera muy pacífica ellos les dejaran libre el camino para que los invadan. Son seres que estimulan la convivencia. Se mantienen alejados de la violencia, la discriminación,y hasta el temor a lo desconocido u opuesto. Esa grandeza los mantiene ahí. Hoy pensaba que Dios se había equivocado a la hora de crearlos. Dios les puso un tope, un freno porque, qué le impediría a un arbol llegar hasta el cielo. Pero si Él decidió crearnos a nosotros así y a lo árboes más grandes tiene que haber sido por algo. Si les hubiera permitido a los arboles crecer hasta el cielo, viviríamos trepándolós para poder llegar a ser más altos que ellos.
Por otro lado las nubes ya habitan el cielo y no tienen un contacto con nosotros. Me llamaban la atención la forma cambiante de las nubes, pero no en sus formas sino en su composición. Cómo después de una tormenta tenemos esas nubes espesas y gordas, o como parecieran desarmarse cuando el viento sopla un rato cerca del atardecer. En fin, las nubes...todos sabemos cómo son las nubes...todos sabemos cómo son las nubes? no, yo no las conocía hasta que me puse a mirarlas. Y es que uno llega a anetender un poco más esos "objetos" que nos rodean y que pare3ciera que a simple vista no te dicen nada.

Les debo historias sobre duendes, voces y la mujer que se transformó en flor...quizás algún día. Si no aparezco por acá no me extrañen, ando a mil. De última, y si ya la extrañación fuera extrema, atiendo por msn de 19 a 23:30 mientras workeo. Cada tanto una pausa viene bien y más si se charla con alguién asi que peguensé una vuelta por ahí y tomamos un cafe. Las masitas dulces las prepara una amiga de la familia, Yiya Murano.